San Pedro en su Cátedra de Antioquía

LA CÁTEDRA DE SAN PEDRO EN ANTIOQUÍA (22 de febrero)

Llega febrero, y después de celebrar a nuestro querido San Antón, entramos en las segundas fiestas del invierno, las de San Pedro. Patrón de nuestro pueblo y titular de la parroquia, queremos acercaros algunos datos importantes que nos aproximarán a esta celebración tan antigua como tradicional en Carriches.
 
El martirologio romano, para recordar dos etapas importantísimas en la misión de San Pedro (la fundación del cristianismo primero en Antioquía y después en Roma) celebraba el 18 de enero la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Roma y el 22 de febrero la de su Cátedra en Antioquía. La reforma del calendario litúrgico de 1960 unificó las dos conmemoraciones en el 22 de febrero, fecha con un apoyo histórico, ya que en ella se celebraba esta fiesta, según una antigua tradición que refiere la Depositio martyrum del 336.
 
La cátedra, que significa literalmente la silla, es la sede reservada al obispo, desde la cual preside la liturgia y enseña al pueblo que Dios le ha confiado. En el caso de la cátedra de San Pedro, representa la silla que usaba el apóstol para ejercer ese ministerio que Dios le encomendó.
 
En Carriches esta fiesta, celebrada desde antiguo, se circunscribía a la festividad religiosa de la titularidad parroquial y poco más. Es a partir de 1675, cuando fallece el cura párroco de entonces, don Juan Beltrán, que en su testamento dejó escrito que se repartieran ese día entre los pobres carrichanos 100 ducados. Dejó al cuidado de su cumplimiento al Concejo de Carriches, lo que ahora llamamos Ayuntamiento, y desde entonces es éste quien prepara las fiestas del patrón.
 
Durante esta festividad tienen lugar dos de las tradiciones más arraigadas en nuestro pueblo como son los carnavales y las seculares luminarias.
 
En la actualidad se desarrollan varias actividades culturales, además de la misa, sin procesión (ya que la imagen quedó anclada al retablo mayor de la parroquia en 1982 tras su restauración), y el refresco.
 
Desde 2017 (que se hizo un homenaje al “tío Pinta”, Antonio de los Santos Ajero, uno de los tamborileros más famosos de nuestra comarca, junto al dulzainero mateño Vicente Fernández Escribano, “el tío Minuto”) se ha rescatado el sonido tradicional de la dulzaina y el tambor para hacer el pasacalles desde la iglesia al Centro Cultural para el refresco.

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