Quema del Judas

El Domingo de Resurrección se celebra la Procesión del Encuentro, denominada así por simbolizar el encuentro de Cristo con su Madre.
 
Esta procesión consta más bien de dos, una de mujeres que llevan a la Virgen y otra de hombres con el Cristo Resucitado. Salen de la iglesia y hacen un recorrido por calles diferentes hasta que se encuentran frente al Ayuntamiento.
 
Es el momento álgido de la celebración, ya que la Virgen es despojada del luto en el encuentro con su Hijo resucitado, y se quema al Judas, que simboliza al apóstol traidor que vendió a Cristo.
 
Se encargan de su fabricación los quintos del pueblo, el viernes por la noche, para lo cual cada uno aporta lo que puede en prendas de vestir. Se rellena de paja y cohetes y se guarda hasta el Sábado de Gloria, en que se prepara el palo donde se atará al apóstol traidor.
 
Desde que se tocan las campanas del “Gloria”, durante la Vigilia Pascual el sábado, no dejan de dispararse cohetes hasta el amanecer del domingo que se coloca al Judas para que todo el pueblo pueda verlo.
 
Se le quema en el instante en que se encuentran las dos procesiones, habiendo sido rociado previamente de gasolina; y estallan a la vez los cohetes y petardos que lleva dentro.

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