Hoy en día, las iglesias son casi con exclusividad
lugares de culto y nunca las asociaríamos con lugares de enterramiento, como
ocurrió en otros tiempos.
Aunque la costumbre de enterrar fuera de la
población ya se recogía en las antiguas leyes romanas, los primeros cristianos
comenzaron a enterrarse al amparo de las tumbas de los mártires, sobre las que
después se levantaron iglesias, y los nuevos cementerios en torno a ellas.
Así llegamos a finales del s. XVIII en Europa, con
la oposición de los médicos que clamaban por la desaparición de la práctica de
continuar enterrando dentro de las iglesias. Se pedía que se construyan los cementerios
fuera de las poblaciones, en lugares altos donde el aire limpiase la atmósfera
de los olores de la descomposición de los cadáveres.
Tras varios casos de epidemias y gran mortandad (el
aire de las iglesias, especialmente en verano, era maloliente e irrespirable
por las emanaciones de las sepulturas), las nuevas leyes comenzaron a observar
disposiciones para la construcción de cementerios. Así, lentamente, fueron
abriéndose paso las ideas contra las viejas costumbres.
Así, en Carriches, se decidió habilitar la ermita
de Santa María en 1829 como camposanto interino hasta que se decidiese dónde
construir el nuevo cementerio. Pero poco tiempo perduró esa situación ya que la
ermita se colmó de cadáveres un año y medio después.
Pasaron pocos años (junio de 1835) cuando el
ayuntamiento decidió construir el cementerio y dedicó varios terrenos (12
fanegas de tierra de propios) para su venta y así destinar el producto a su
edificación.
Después de los oportunos trámites, la obra se encarga
a Zoilo Esteban, vecino de El Carpio en la cantidad de 3.080 reales, sin
conseguir vender los terrenos de propios por no haber licitadores.
Entonces, y como última opción, el ayuntamiento dispuso
añadir a la ermita de la Virgen 5 varas de terreno, cercándole para que sirviera
de cementerio en mayo de 1836.
El nuevo cementerio de Carriches, pegado a la ermita,
comenzó a funcionar en octubre de ese mismo año.
Desde entonces a la
actualidad se han producido 3 ampliaciones del cementerio, en los años 1906,
1955 y 1993.
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